domingo, 1 de abril de 2012

Códigos QR, niños y prevención

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Como siempre, fuera de las aulas es donde nos encontramos los avances tecnológicos de primera mano. Las empresas son las primeras interesadas en presentar productos o publicidad novedosa para atraer a las masas, en concreto a los niños y adolescentes que son los más maleables en cuanto a control y generación de nuevas conductas mediante las nuevas modas.

Como las nuevas generaciones son el primer nicho de muestra del avance tecnológico, son las familias las únicas que pueden realizar la labor educativa pertinente para controlar estas intenciones de control de las empresas sobre los menores y adolescentes ya que le escuela es el agente educativo que, de momento, está llegando al final del proceso.
La metáfora del árbol tecnoloeducativo - Camino López

Así es el caso de los nuevos códigos QR. Nos los empezamos a encontrar por todas partes, pero especialmente en los anuncios de las vallas publicitarias. En este caso la escuela se ha puesto las pilas antes, y ya les ha encontrado su utilidad. Para las empresas es la posibilidad de que con tu móvil puedas descodificar ese código dejando la información que contiene en tu móvil. Esto amplía la permanencia de la publicidad tanto en la mente del usuario (ya que crea incertidumbre y el proceso de descodificación es como un juego) además de crear permanencia en las manos del usuario, ni más ni menos que en uno de los pocos dispositivos que una persona siempre lleva consigo. 

En la educación el proceso no van tanto por ahí, sino que se fija en las bondades de economía del espacio y de las posibilidades de almacenamiento de cualquier formato multimedia. De este modo el proceso de elearning se une al movilearning, posibilitándonos seguir aprendiendo en cualquier lugar. 


Hasta aquí todo estupendo, los libros de texto y los digitales se pueden hacer más interactivos y accesibles, pero hay algo en los código QR que tras pararse un momento a reflexionar sale a la luz. Así fue en un congreso que recientemente tuvo lugar en Barcelona llamado Expodidáctica en el que los profesionales de la educación se reunieron para tratar los temas de las TIC. Una ponencia trataba acerca de estos códigos, y en el turno de preguntas salió la cuestión:


“La apariencia de los QR es de código, no son símbolos que en un primer vistazo nos posibiliten ningún tipo de información de su contenido, solo posible en el momento de la descodificación. Entonces, los niños no saben qué tipo de información van a descodificar hasta que ya no hay marcha atrás y el proceso está terminado”. Un código QR puede ser cualquier cosa.

Tenemos dos tipos de lenguaje visual: el visual-escrito y el icónico-visual. Los código QR no son ninguno de los dos, y no nos aportan información sobre su contenido. Por ejemplo, tenemos una portada de un libro (espacio de código) y queremos saber de qué trata antes de abrirlo para saber si lo queremos leer (descodificación del código). En el caso del libro con el título y las imágenes de la portada podemos hacernos una idea de qué tipo de información contiene si necesidad de abrirlo y acceder a todo su contenido. Lo mismo pasa con las imágenes: no hace falta descifrarlas enteras pormenorizadamente para entender cuál es su significado general.
Autora: Camino López























El peligro surge aquí: cualquier niño con un teléfono que tenga la aplicación de descodificación de QR y con solo la curiosidad de saber qué hay detrás del código o simplemente porque cree que puede ser información de interés para su aprendizaje diario, se puede encontrar una vez descodifique el código con:
-publicidad no deseada o engañosa;
-videos o material adulto;
-información acerca de uno mismo no validada....generando bullying

¿Qué se puede hacer desde la familia?

No nos quedan muchas opciones más que:

Enseñarles a entender el contexto del QR antes de abrirlo (si está sobre una valla publicitaria enseñarles a controlar la ansiedad de descifrar para antes entender el contenido visual de esa valla, seguramente nos dé pistas de la temática del QR si es acorde el contenido con el continente).

Una vez abierto el QR si nos encontramos con información no deseada explicarle qué es y cómo comprenderla, para facilitarle su comprensión. 

¿Soluciones?  

La única solución sería incluir una iconografía acorde con el contenido del QR, integrada en el código para que su utilidad fuera igualmente de descodificación como de transmisión de información visual previa a este proceso. Unos ejemplos serían éstos en los que la marca incluye colores y una iconografía que nos hace entender por qué temática puede moverse, o que incluye su logotipo para no dejar lugar a dudas:








Autora: Camino López
 
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